sábado, 1 de octubre de 2011

El Viejo Huaso




Habiendo llegado como es costumbre para mi, unos veinte minutos a media hora antes de lo acordado... Tuve tiempo para preparar todo antes de que empezara el tour… Revise los baños, llene de agua mi botella, revise mi linterna y me la colge al cuello, repase sin prisas la lista de asistentes… Incluso me di el lujo de intercambiar algunas bromas con mis compañeros…

Luego llegaron los primeros turistas… Tres personas seniles, uno con el olor a vino a flor de piel y fresco como un durazno, una señora de voz estridente que era la que conducia el automovil en el que se transportaban y un caballero de bastante edad, flaco y chupado como un higo y vestido con un poncho de rayas rojas y negras… zapatos de punta fina y un sombrero que lo colocaba entre la mezcla de un aguerrido y veterano huaso, con un cazador de cocodrilos de los filmes ochenteros… Mientras esperabamos al resto de la gente: Dos parejas taciturnas y poco interesantes… Que lo único en lo que destacaban era en su sorprendente capacidad de hacer olvidar su presencia con un mutismo indemne y de alejarse para sacar fotos a los bloques como si estos fueran glaciares…

Atentamente les indique las reglas miscelaneas y me acerque al anciano huaso para tomarle una fotografia… Con voz ahogada y de mando me mando a freir monos, aunque con mucho tacto…

“Danilo... Ese caballero de sombrero es medio denso”- anuncie en voz baja a mi jefe mientras por el rabillo del ojo observaba al viejo-huaso que se hayaba sentado en una banca acariciando a un perrito...

“No me tinca mucho este tour… Pero veremos como van las cosas”- me respondio él muy serio…

Más adelante, el astuto anciano me metio conversa… Solenmemente me explico que en aquel camposanto reposaban los huesos de sus padres y de su familia… Fue el primer comentario de carácter del caballero, fue durante la noche comunciandose conmigo de manera pausada y con frases que me quedaron rondando… (Aparte de su enorme fé en su Dios, lo cual me abrumaba, ya que al menor ruido, avanzaba con ademan de torero y exorcisaba al aire y anunciaba que las almas podian descansar con el Señor)...

El caballero me anuncio que debia dejar los problemas atrás y no preocuparme por esas personas en las que aun pensaba aunque intentaba tapar con tierra… Bastante sorprendido le lanze una mirada mordaz, haciendome el desentendido.

“No se a que se refiere”- le respondi con tono cortez

“Chiquillo, tienes rostro de atormentado y de sufrido… Un chiquillo de tu edad no deberia tener esa cara”- me respondio él…

“Todo el mundo tiene personas que quiere olvidar y cosas de las que se arrepiente”- replique

El hombre carraspeo y se rasco una de sus peludas orejas…

“Las mujeres pasan, los amigos pasan… Pero tu siempre vas a estar contigo... No sirve de nada odiarte por algo, porque tu quiza no puedes tener la culpa de algo, no siempre las equivocaciones son mutuas, osea de ambos lados”

El tipo siguio caminando y puso atención a las historias que Danilo anunciaba con voz de locutor de radio.


Pensando me quede, siempre predico que las cosas pasan por algo, si, pero últimamente me había dejado llevar demasiado por mi lejania con cierta persona... Nunca supe mi error, o si hubo ese error, reflexionando me di cuenta que siempre elegia el mismo fatidico ejemplar de femina, y que tambien muchas de las personas con las que falle y que me fallaron tienen las caracteristicas de ella… Gustavo, Francisco, Brayan, Ezra, Makarena, Elizabeth, Andrea, Leonor, Carlos, Javiera, Camila, Marlenne, Alfredo y por último ella: Michelle… Son algunos de los ejemplos de personas con las que falle o me fallaron en la amistad o en el corazón… Pero aprendi a darme cuenta con los comentarios del caballero, o mejor dicho, logre alcanzar la reflexión de que a veces uno no tiene la culpa... A veces, y en muy pocas ocasiones yo no tuve la culpa de lo que sucedió y de cómo se dieron y se acabaron las cosas… Puedo por fin suspirar y decirme que las cosas pasan por algo, y que la vida te da sorpresas…

Soy feliz actuando, soy feliz escribiendo, soy feliz jugando, soy feliz pasando un tiempo agradable con aquellos que son mis amigos de corazón… Soy feliz como Animalista, como Estudiante colerico, como Escritor, como Jugador, como Guía de Tour, como personaje picaro, soy feliz como hombre y Soy feliz como persona…

Entonces...

¿Por qué tengo que aun lamentarme por lo sucedido?

De nada sirve llorar sobre la leche derramada…

Y bueno, como dijo Gandalf…

“Vendran tiempos mejores”